martes, 25 de enero de 2011

La Cripta en el Corazón de la Pirámide.







Palenque: Centro Ceremonial De Los Mayas

La Cripta En El Corazón De La Pirámide


Las noticias referentes al Templo de las Inscripciones fueron escasas hasta 1949, cuando el arqueólogo mexicano Alberto Ruz Lhuillier descubrió una gran losa de piedra en el suelo del templo, la retiró y encontró el comienzo de una escalera, bloqueada por una masa de escombros que su equipo tardó tres años en despejar. Al pie de las escaleras, exactamente a ras del suelo, Lhuillier descubrió una lápida triangular vertical y los esqueletos de seis personas jóvenes, probablemente víctimas de sacrificios.


Al retirar la losa, Lhuillier abrió una tumba que había permanecido inviolada durante más de mil años. La describió como «una enorme sala vacía que parecía tallada en hielo, una especie de gruta cuyas paredes y techo semejaban superficies perfectas, o una capilla abandonada cuya cúpula estuviera cubierto de estalactitas y de cuyo suelo surgían gruesas estalagmitas como los goteos de una vela...


En esta cripta funeraria se encontró una lápida de piedra de 5 toneladas con magníficas tallas, colocada sobre un sarcófago; en todas las paredes había relieves escultóricos que representaban a los nueve Señores de la Noche venerados por los mayas. Dentro del sarcófago, Lhuillier descubrió los restos de un hombre alto, fallecido hacia sus 40 años. Su cuerpo y su rostro permanecían cubiertos de joyas de jade, que contrastaban con el revestimiento rojo de la tumba. Enormemente lujosa era la máscara funeraria, de mosaico de jade, con curiosas incrustaciones de obsidiana y nácar en los ojos.


Las tallas de la lápida del sarcófago no representan un astronauta en una cápsula espacial como asegura Erich von Daniken en su obra "Recuerdos del futuro", sino que constituyen un valioso símbolo del tránsito del alma al reino de los muertos. Y más concretamente, describen la trasformación de un jefe maya en un dios.

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